Mi relación con el mundo de la bolsa comenzó desde mi infancia: mi padre, ahorrador nato, tenía un amigo que era director de una sucursal del Banco Hispanoamericano, y todos los años le daba instrucciones para comprar acciones de ese banco, además de reinvertir en acciones los dividendos obtenidos. Mi padre no era un especulador, ya que jamás vendió ni una de esas acciones.
Tras su fallecimiento, esas acciones las heredamos mi hermana y yo, y comenzamos a dejarnos asesorar por otro amigo, esta vez mío personal, y director de un banco de la competencia del entonces ya llamado Central Hispano: Argentaria. Vendimos las acciones del Hispano y compramos de Argentaria.
Tras muchos años sin prestar mayor atención, en el año 2001 nos dimos cuenta de que esas acciones no nos proporcionaban ninguna rentabilidad. Decidí venderlas y, asesorado por unos amigos que compraban y vendían acciones todas las semanas, gestionar yo mismo el capital. Mi primera operación fue comprar acciones de Terra. ‘Tienes que poner un stop de protección por si sale mal’ – me aconsejaron mis amigos inversores. El mismo día que las compré, saltó ese stop con un 2% de pérdidas. En ese instante me di cuenta de que la operativa en bolsa no era tan fácil como nos querían hacer creer y decidí formarme como operador de bolsa.
Para ello acudí a foros de Internet, donde me aconsejaron libros de análisis técnico y chartismo. Siempre me ha gustado mucho estudiar, especialmente cosas nuevas, y me lancé cual poseso al estudio de esta disciplina. Pronto me convertí en experto, y pronto también, me di cuenta de que aquello no servía para ganar dinero. Me apunté a cursos de formadores de prestigio y aprendí a operar en acciones, en futuros, en opciones, en CFD’s. Obviamente no aprendí ninguna fórmula mágica para ganar dinero, pero aprendí lo bastante de bolsa como para sobrevivir, a veces con solvencia, a veces con apuros.
Un día me encontré con un seminario gratuito impartido por un profesional de la operativa en el mercado americano ‘a pie de bolsa’. En dicho seminario explicaba una forma de operar totalmente diferente de lo que yo conocía, la forma de operar de los profesionales de las casas de bolsa. En esta nueva línea de investigación, descubrí formación de calidad en Estados Unidos e Inglaterra, y me dediqué en cuerpo y alma a formarme en estas técnicas. Cuando conseguí dominarlas, pensé que en España había que dar a conocer estas formas de operar. Eso me llevó a diseñar un programa formativo en Flujo de Órdenes (que así se denomina el conjunto de estas técnicas) dividido en dos cursos.
Esos cursos son los que yo imparto en Servitrader.